Debido a la delicada situación financiera que vive ENAP, y que ha obligado a la actual administración a impulsar un plan de contención de gastos y disminución de inversiones, hoy la empresa concretó la desvinculación de un número importante de colaboradores de la empresa, incluyendo a ejecutivos, profesionales y trabajadores de sus unidades de negocio en el país y sus filiales en el extranjero.
La estatal informó que estas decisiones se insertan dentro de un plan más amplio cuyo foco es avanzar hacia un modelo que permita hacer viable ENAP en el tiempo y modernizar su modelo de negocios, siendo responsables con el patrimonio de la empresa y sus trabajadores.
“Se trata de una decisión muy dolorosa, pero las cifras actuales son una realidad de la que tenemos el deber de hacernos cargo para asegurar el futuro de ENAP. La fuente de trabajo de miles de trabajadores depende de que nosotros tomemos ahora las medidas necesarias”, indicó el gerente general de la compañía Andrés Roccatagliata.
El ejecutivo señaló que, pese a los ahorros alcanzados durante el 2018 y los planes de contención de gasto para el 2019, las estimaciones de la Administración siguen proyectando resultados negativos para este año, aunque las pérdidas serán mucho menores a las de 2018. Por ello, sostuvo, “tenemos la obligación de poner el futuro de ENAP por delante. Nos interesa proyectar esta compañía, adecuando su estructura y funcionamiento a las necesidades energéticas actuales de Chile. Este proceso apunta también a la reducción en el número de líneas jerárquicas dentro de la empresa, principalmente en directivos y jefaturas, de modo de agilizar la toma de decisiones y acercar a las gerencias al trabajo en terreno”.
Respecto al Plan de Egresos, Roccatagliata indicó que se elaboró un paquete de asistencia para quienes fueron desvinculados, que fue presentado a todos los sindicatos de la empresa. “Vamos a apoyar a las personas desvinculadas para enfrentar este momento. Diseñamos un plan que incluye ámbitos de salud, escolaridad de sus hijos y programas de reinserción laboral”, explicó.
Resultados negativos y alta carga financiera
ENAP perdió US$ 152 millones antes de impuestos entre enero y septiembre de 2018, y arrastra una deuda de alrededor de US$ 5.100 millones. Este endeudamiento equivale a una relación deuda/EBITDA de casi 9 veces, teniendo que destinar una parte importante de su EBITDA al pago de intereses.
Tras la inyección de US$ 400 millones, autorizada por el Ministerio de Hacienda en agosto pasado, el Gobierno le pidió a la empresa pública realizar un esfuerzo para reducir su alto endeudamiento y priorizar aquellas inversiones que generen mayores retornos.
Desde entonces, la compañía implementó una serie de medidas que le permitieran revertir su difícil situación financiera, como la reducción de gastos, el congelamiento de la plantilla, la revisión de horas extras, asesorías y reducción de viajes entre otras materias. Junto con ello, la estatal redujo significativamente, entre agosto y diciembre de 2018, el grupo de trabajadores transitorios y a honorarios. Todas estas medidas, le permitieron reducir gastos por sobre los US$ 40 millones y, en paralelo, se decidió disminuir inversiones en torno a los US$ 90 millones para el año. Pese a todos estos esfuerzos, el presupuesto estimado para 2019 considera una pérdida antes de impuesto de US$ 87 millones, lo que obligó a la empresa a reforzar los esfuerzos por optimizar y hacer más eficiente sus operaciones.
ENAP comunicó que, con este Plan de Egresos, la compañía finalizó su proceso de ajuste general de personal, lo que ha sido comunicado directamente a los trabajadores y sindicatos de la compañía.