Parlamentario DC, integrante de la comisión investigadora, Daniel Verdessi (DC) presentó hoy proyecto de resolución que pide la entrega de pensiones de gracia a todos los afectados en las llamadas zonas de sacrificio en el país, como reconocimiento y reparación por parte del estado de Chile.
El diputado de la Democracia Cristiana, Daniel Verdessi, ingresó hoy un Proyecto de Resolución que busca reparar el daño causado a miles de personas en Chile, quienes habitando en las llamadas zonas de sacrificio, han visto “afectados y vulnerados una serie de derechos esenciales, fundamentalmente, su salud”.
Tras la presentación, el diputado DC señaló que “esta es una mínima compensación. Lo que pido es que se haga un catastro de todas las personas que han sufrido enfermedades respiratorias, cáncer, malformaciones genéticas, abortos, etc. Este catastro debe ser elaborado por el Ministerio de Salud en conjunto con el de Medioambiente, pero también con la participación de la comunidad científica”, agregando que esta iniciativa no se circunscribe sólo a Quintero y Puchuncaví, sino a todas las denominadas zonas de sacrificio.
Verdessi precisó que “tenemos suficientes antecedentes para pensar que existe un gran número de personas afectadas que, por estas políticas de Estado, deben ser reparadas y nuestra propuesta es que sea al menos mediante una pensión de gracia, que es una compensación mínima a 50 años de compensación”.
El médico y ex director del Servicio de Salud Valparaíso San Antonio, puntualizó que “en cuanto a la evidencia científica para determinar cada uno de los casos, existen criterios internacionales que demuestran la contaminación por metales pesados, por ejemplo, que están presentes en el suelo –en Chile no hay políticas en esta materia- en el aire y en alimentos contaminados, tienen una relación estrecha con la aparición de ciertas patologías genéticas, cáncer y otros, eso es un criterio científico que debe ser establecido”.
El proyecto de resolución señala que “la regulación laxa y la fiscalización prácticamente inexistente han significado una constante ausencia de derechos fundamentales, como el derecho a la salud, o a un medioambiente libre de contaminación, en beneficio de las industrias que contaminan el aire, vulneraciones que se han extendido por más de 40 años en todas estas zonas de sacrificio. Esto se convirtió, tal como lo hemos señalado, en una bomba de tiempo que se fue manifestando primero en los trabajadores de las empresas, quienes producto del contacto más directo con los químicos que las empresas utilizan y producen, enfermaron con problemas respiratorios leves a permanentes, hasta incluso cáncer, muchos de los cuales han fallecido producto de estas enfermedades, luego de penosos padecimientos. “