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Proyecto Maratué en Puchuncaví: la inversión de US$ 2.000 millones que avanza a paso firme en el SEIA

Cuando en 2011 Oscar Lería compró uno de los pocos paños disponibles en la zona de Puchuncaví, pensaba en grande.
Su idea era desarrollar un nuevo barrio, pero con un concepto muy concreto. Es por esto que decidió, desde el principio, desarrollar todo en familia a través de Osler y 5L, las empresas en las que están presentes sus cinco hijos; Claudia, Catalina, Ignacia, Camila y Óscar.

“Estamos solos, porque queríamos que la gente nos creyera y por el concepto de integración, respeto a la comunidad y al medioambiente de esta iniciativa”, cuenta Lería, quien para armar el desarrollo se puso jockey y zapatillas, recorrió la zona y conversó con los vecinos y las autoridades para recoger sus opiniones y sentimientos respecto de lo que ahí proyectan hacer.

En el terreno de poco más de 1.045 hectáreas, que va desde Puchuncaví al mar, harán convivir “primera vivienda con vivienda subsidiable”. En total, el plan proyecta la construcción de 14 mil viviendas y una inversión de US$ 2.000 millones por los próximos 45 años. Y, además, harán un santuario de la naturaleza de 125 hectáreas para asegurar la protección de las especies de la zona, entre ellas el piquero, un ave que está presente en los acantilados del terreno. Para gestionar esto, ya planean la creación de una fundación.

Para asegurarse de que todo quedara en familia, al menos en esta etapa, a cargo de la iniciativa está Claudia, la mayor de sus hijos. Ella está al mando del proyecto y monitorea el avance de la iniciativa en el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), instancia a la que ingresaron en septiembre del año pasado con la presentación del Estudio de Impacto Ambiental. Hasta ahora las cosas han avanzado bien. Es más, ya respondieron su primer ICSARA, en el que les hicieron “alrededor de 250 preguntas”.

“Ha sido todo súper rápido. Estamos muy optimistas. Ingresamos un proyecto que no tiene cabos sueltos. Creo que la autoridad está contenta con todo lo que estamos entregando”, explica Claudia Lería respecto de un proceso que se demora unos dos años, pero que ellos creen, por el ritmo al que van las cosas, podría finalizar el primer semestre de 2019 con la entrega de la Resolución de Calificación Ambiental (RCA).

Con eso podría empezar la construcción y la búsqueda de un socio para desarrollar el plan que ya tiene un ante proyecto aprobado por la municipalidad. “No debiéramos seguir solos. Debiéramos en cuatro años aspirar a quedarnos con 1/3 de la propiedad para quedarnos ahí de por vida”, explica Óscar Lería.

En el terreno de poco más de 1.045 hectáreas, que va desde Puchuncaví al mar, harán convivir “primera vivienda con vivienda subsidiable”

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