En compañía del equipo de prevención de incendios forestales de Conaf Valparaíso, el famoso coipo Forestín enseñó a los pequeños la relevancia de diferentes especies arbóreas para el medio ambiente y las personas, luego regaló a los presentes máscaras y material educativo respecto a la protección de la naturaleza, y finalmente, invitó a los alumnos y docentes a plantar maitenes en el patio principal del establecimiento, donde el grupo entonó a todo pulmón el cumpleaños feliz.
El director regional de la corporación, Pablo Mira, sostuvo que “Forestín es nuestro principal aliado a la hora de incentivar en los niños el cuidado del medio ambiente, la prevención de incendios forestales y la conservación de los recursos naturales y culturales que poseen las áreas silvestres protegidas del Estado. Por eso es tan importante para nuestra institución, porque nos ayuda a crear consciencia ecológica en las nuevas generaciones”.
Por su parte, el profesor y director de la escuela básica Los Maquis, Miguel Román, manifestó que “debemos estar siempre preocupados y preparados ante un eventual incendio u otra manifestación de la naturaleza. Los niños deben tomar consciencia, es algo que se trabaja todo el año, y con el aporte de Conaf y Forestín, podemos lograr poco a poco que ellos cuiden su medio ambiente estén donde estén”.
Historia del coipo más famoso de Chile
Forestín nació el 12 de junio de 1976, durante la Jornada de Evaluación del Programa de Manejo del Fuego, efectuada en la Región del Biobío, cuando se sugirió que la institución debería tener un símbolo para la prevención de incendios forestales.
Su autoría corresponde a la ingeniera forestal de Conaf, Gabriela Omegna. El objetivo era contar con un animal que habitara los bosques del país y que cumpliera un rol similar al oso Fumarola, de Estados Unidos, emblema del servicio forestal de ese país. Más tarde, en 1983 el roedor nativo fue bautizado gracias a un masivo concurso escolar que organizó la corporación en la Región de Valparaíso.
Desde el 2014 el personaje cuenta con sus propias redes sociales (Facebook: @Forestin, Twitter: @ForestinChile e Instagram: @ForestinChile), donde continúa reforzando su mensaje de amor y respeto a la naturaleza, mediante la educación ambiental.
El coipo (Myocastor coipus) es un roedor, el más grande de los nativos que existen en el país (40 a 60 cm de largo, 4 a 10 kg). Su pelaje es marrón, con una capa de pelo gris por debajo, más un parche blanco en su hocico, donde se pueden apreciar sus dientes incisivos de color anaranjado brillante. Son herbívoros y les gusta vivir en ambientes húmedos, pues son nadadores (sus manos y pues poseen membranas natatorias). Los coipos tienen una cola larga y escamosa, a diferencia de sus parientes del hemisferio norte, los castores, que la tiene ovalada y aplanada.
Esta especie se reproduce en primavera y verano, teniendo dos pariciones de dos a 11 crías. La lactancia de las crías ocurre en parte dentro del agua, por lo que la madre tiene los pezones en posición latero-dorsal, y de esa forma, sus retoños no tienen que sumergirse.
Su distribución en Chile es desde la Región de Coquimbo a la de Magallanes, desde el nivel del mar hasta los 1.100 metros de altitud. Además, se encuentra en lugares húmedos de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay y Uruguay.
De acuerdo a la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), tanto en el país como en el resto del mundo, el estado de conservación del coipo es de preocupación menor.