«El pinochetismo no tiene cabida cuando se relativizan las violaciones a los DD.HH.», advierte el diputado de Evópoli, Pablo Kast, al evaluar el proceso que está viviendo Chile Vamos debido al resurgimiento de posturas más extremas que defienden el legado de Augusto Pinochet.
El parlamentario del Distrito 6 cree, como el timonel de su partido, que la diversidad tiene límites.
– ¿Existe incomodidad en Evópoli en medio de una coalición tensionada por la figura de Pinochet?
– Más que una incomodidad de Evópoli con Chile Vamos, hay una incomodidad de Evópoli con las posturas más extremas que no son parte del conglomerado. No olvidemos que las posturas que han ido apareciendo no forman parte del ADN, ni de la gesta fundacional de Chile Vamos que tiene principios bien claros y definidos. La incomodidad está dada más con aquellos que creen que dentro del bloque caben estas posturas extremas.
– Mario Desbordes, timonel de RN, dijo que en ese partido cabían todos, aceptando posturas extremas.
– Es que ahí hay un tema que deben resolver RN y la UDI, porque decir que se acepta el pinochetismo es una postura muy amplia y genérica. Si reivindicar el pinochetismo significa relativizar las condenas por DD.HH., me parece que no caben dentro de Chile Vamos. Pero si estamos hablando de personas que valoran aspectos del gobierno de Pinochet, es respetable y eso no es novedad para nosotros que siempre hemos convivido con gente que respeta el proceso institucional que se generó en esa dictadura. Pero cuando se relativizan los DD. HH. y la visión histórica de los sucesos que acontecieron, me parece que es caer en una lógica divisionista más que en una lógica unitaria. Y ahí creo que el pinochetismo no tiene cabida.
– ¿Cuál es el peligro de relativizar esos temas?
– Es no entender que Chile Vamos tiene una vocación de futuro unitaria y pegarse en algo que agrede a una parte importante de los chilenos, está reivindicando un proceso muy doloroso que divide. Lo más grave es que relativiza el compromiso que tiene nuestro sector con una condena irrestricta a las violaciones de los DD.HH. y que forma parte del sentido fundacional.
– Coincide, entonces, con los dichos del presidente de su partido que señala que la diversidad tiene límites.
– Absolutamente. La diversidad tiene límites. Chile Vamos tiene un sentido convocante amplio de generar una mayoría de largo plazo, una mirada de futuro para poder convocar a más gente y cuyos principios incluyen una condena irrestricta a las violaciones a los DD.HH. históricas y en cualquier lugar del mundo.
– El timonel de RN piensa que a Evópoli le conviene el jueguito de salir a emplazar a José Antonio Kast porque les permite diferenciarse.
– Para nada. No quiero personalizarlo en José Antonio Kast. Es un tema de un sector. Y José Antonio Kast no forma parte de Chile Vamos. Lo que me preocupan son las personas que dentro de Chile Vamos han asumido posturas relativizadoras. No quiero centrarlo en él, pero esto lo hacemos por convicción. Entiendo que Desbordes y algunas personas que son más históricas en política, entienden esto en lógicas de tácticas, tratar de ganar un punto y miran todo en términos electorales.
– El mismo Desbordes recomendaba a Evópoli llamar a Felipe Kast sólo Felipe, ya que ha bajado en las encuestas tironeado por el efecto de José Antonio Kast.
– Esto ratifica que Desbordes tiene esta mirada táctica y estratégica de la política y no una mirada que vele por lo que le importe a la ciudadanía. Nosotros tenemos una mirada por convicción. Y si Desbordes está enfocado en entender la política como una marca, en términos de personas y personalidades más que de proyectos o de ideas, ahí tenemos una gran diferencia.
– A su juicio, ¿Chile Vamos se está derechizando?
– Creo que hay un problema ahí. No quiero decirlo en términos literales, pero se está derechizando en un mal sentido. Chile Vamos se está polarizando y eso le hace mal al país. Además estas posturas de derecha más extrema le hacen el juego a la izquierda porque nos dividen.
– José Antonio Kast ha impactado la agenda mediática del Gobierno y de Chile Vamos?
– No me gusta personalizar las cosas. No quiero hablar de José Antonio Kast, ni de Felipe Kast, ni de Camila Flores. Quiero quedarme con las visiones y las posturas que se están planteando y en ese contexto evidentemente que hay un daño y cosas que se van superponiendo en término de ideas. Sé que los líderes históricos como Jacqueline Van Rysselberghe y Mario Desbordes priorizan una visión estratégica y electoral. Estas cosas son muy de emociones y sensaciones y utilizarlas es caer en tácticas populistas que no es la política que Evópoli quiere para Chile.
– Tras la crisis de Quintero y Puchuncaví, ¿cuánto se ha avanzado?
– Existe un buen avance en términos de hacerse cargo de las múltiples dimensiones que tenía este tema. Algunas de ellas fueron consecuencias de esta crisis, no sólo medioambiental, sino que social y mediática. Y lo más importante en esto es recuperar la confianza, y también el aspecto económico. Y ya hay gente que está volviendo, que le están dando una nueva oportunidad a la zona y que también han puesto en valor las cosas buenas que tiene ese lugar. Ha sido una reconstrucción del tejido social importante de parte del Gobierno con distintos programas de difusión y de apoyo a emprendedores y gremios. Y eso ha estado dando resultados.
– ¿Y en materia medioambiental?
– Respecto al proceso medioambiental se ha reaccionado de forma contundente con los plazos que se le dieron a este plan de descontaminación. Son cosas de largo plazo y lo que más nos va ayudar es recuperar la confianza en el lugar. Y eso se ha hecho bien. Con un proceso de participación ciudadana inédita, el segundo después del plan de descontaminación de Santiago. Y como se ha puesto sobre la mesa la actualización de normativas, ha servido para recuperar en parte la confianza. Además en la etapa que estamos dentro de la comisión investigadora -que también ha cumplido un rol importante- estamos en una coyuntura bien especial. De alguna manera esta tesis que ha ido apareciendo y que se ha ido reafirmando por parte de la fiscalía nacional de que el responsable de este shock tóxico de los días 21 y 23 de agosto sería Enap a raíz del desembarco del crudo iraní. Por eso pedimos una prórroga en la comisión para tener más tiempo e incorporar esa arista que no estaba considerada hasta ahora.
– Sin embargo, hay varios parlamentarios de oposición que opinan todo lo contrario, que desde la crisis poco y nada se ha hecho, que bajó la presión mediática y todo sigue igual, incluso denunciando nuevos episodios.
– Se ha avanzado en varios temas y en eso no hay que ser mezquinos y utilizar políticamente este tema para tratar de ganarle un punto al Gobierno.
– Se cuestiona que no se avance en una nueva legislación ambiental.
– Primero, el anteproyecto del plan de descontaminación se está haciendo cargo primero de que bajen los niveles. Segundo hacerse cargo de factores que no estaban considerados históricamente y que son los combustibles volátiles. Además el monitoreo se independizó de las empresas. Y en el tema de la normativa se está discutiendo una actualización y se le pidió a una consultoría internacional. Valoro que haya sido un proceso serio con consultas a lo que son las experiencias internacionales que son los parámetros responsables para avanzar en una normativa ambiental. Hacerlo a la rápida no corresponde. Eso es la peor solución.
«Más que una incomodidad de Evópoli con Chile Vamos, hay una incomodidad de Evópoli con las posturas más extremas que no son parte de la coalición» «Cuando se relativizan los DD.HH. y la visión histórica de los sucesos que acontecieron, es caer en una lógica divisionista más que unitaria» «Se ha avanzado en varios temas en Quintero y Puchuncaví; en eso no hay que ser mezquinos y utilizar políticamente este tema para tratar de ganarle un punto al Gobierno»»
Fuente:Mercurio Valparaiso