Luego de 15 años de servicio a la Congregación Don Orione en la capital provincial, el padre Gustavo Valencia dejará Los Ángeles para liderar a 1500 estudiantes en colegio de Quintero, comuna donde trabajó hace 34 años.
«Nosotros como religiosos tenemos tres votos: el de castidad, pobreza y obediencia. El de obediencia significa que, si los superiores nos mandan, nosotros debemos obedecer. Yo he tenido varios momentos de obediencia» expresó Valencia. El primero de ellos lo hizo trabajar en Quintero, luego en Santiago y desde la capital a Los Ángeles.
El padre Gustavo despide la capital provincial muy agradecido por el amplio recibimiento de la comunidad angelina que lo mantuvo a cargo de la emblemática iglesia local «Perpetuo Socorro» como lo consigno el diario La Tribuna.
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Padre Gustavo fue ordenado sacerdote en Santiago para colocarse al servicio de sus hermanos en el año 1990. Durante su vida religiosa ha realizado su labor pastoral en las distintas comunidades del país, por ejemplo, ha sido director en el Colegio Don Orione de Quintero, ha buscado otorgar una vida más plena a los residentes del Pequeño Cottolengo de Cerrillos, y actualmente vive su misión como párroco de la comunidad de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Los Ángeles, después de 34 años vuelve a Quintero.
