Los malos olores en el ambiente es una problemática histórica en La Calera, varios han sido los intentos por resolver la situación, sin embargo la falta de una norma que restrinja a las empresas responsables de esto, ha provocado que los vecinos continúen viendo deteriorada su calidad de vida.
Pese a ello, a mitad de este año, un grupo de vecinos principalmente de El Trigal, decidieron poner el tema una vez más sobre la mesa y solicitar a todos los parlamentarios del nuevo distrito 6, impulsar una ley que de una vez por todas, detenga estas prácticas, y la ofensiva rendirá frutos, así lo anticipó el diputado socialista Marcelo Schilling, uno de los responsables de la articulación entre los parlamentarios de la zona, para sacar adelante esta iniciativa.
“Por ahí en junio el movimiento social medioambientalista de La Calera, me invitó a mí y a otros diputados –no llegaron todos–, a una reunión precisamente para hacer presente el tema de los malos olores, ellos identificaban como fuentes posibles a Esval, la empresa procesadora de algas de propiedad danesa (Algamar) y Sopraval para ponerle nombre y apellido a las cosas” indicó el parlamentario.
Según el socialista, debido al constante trabajo de las organizaciones de la ciudad cementera, es que hoy se tramita una norma en la Cámara de Diputados que ponga freno a esta desagradable situación.
“Gracias a esa iniciativa de los caleranos, fue que reunimos a todos los parlamentarios de todas las bancadas del distrito 6 y resucitamos el tema de la norma de olores, había un par de proyectos presentados en la cámara y ahora estamos legislando sobre el asunto, yo espero que en el curso del año que viene, esto culmine con la aprobación de una norma que regule lo que es el tema del control y la sanción a los emisores, gracias a La Calera, Chile va a tener una norma contra los malos olores”.
Respecto al sumario sanitario que lleva adelante la Superintendencia de Medio Ambiente, quien ratificó a Algamar como una de las responsables de los malos olores y la determinación de la Dirección General de Aguas de permitir descargas de residuos industriales líquidos (Riles), solo en 4 meses al año, Schilling planteó que la restricción debe ser total, emplazando a la empresa a modificar el tratamiento de los residuos.
“Entiendo que el sumario sigue su marcha y que no ha concluido, pero sobre la decisión de limitar a cuatro meses la autorización de verter riles al río Aconcagua, yo creo que debería ser total, no que tienen cuatro meses, los riles debieran ser procesados industrialmente, hay empresas que se dedican a esto y los vuelven inocuos, ahora es cierto que le saldría más caro a las algas, pero bueno si no tienen la plata para hacer el proceso completo, entonces que no produzcan lo que producen y se cierra la cuestión, ¿qué es primero, la salud humana y medioambiental o la salud de la empresa y sus finanzas? Yo creo que la salud humana”, sentenció.