En medio del análisis de los resultados de la prueba PSU, una de las preocupaciones proyectadas tuvo respuesta. El desempeño de los colegios de las comunas de Puchuncaví y Quintero sufrió una fuerte caída, lo que en parte se explicaría por los continuos cuadros de contaminación que afectaron a la zona y que obligó a suspender las clases por casi dos semanas.
De hecho, los 453 alumnos que rindieron este año la prueba debieron, incluso, trasladarse a Zapallar para cumplir el test de admisión.
Este escenario adverso sería -en gran medida- el responsable de la baja registrada por los siete colegios de la llamada “zona de sacrificio” y que se tradujo en una caída de más de 40 puntos en sus promedios PSU.
Por ejemplo, en Puchuncaví, el Complejo Educacional Sargento Aldea cayó 58,2 puntos promedio, y el Colegio José Velásquez retrocedió en 45,9 puntos. Lo mismo ocurrió en Quintero, donde el homónimo liceo politécnico descendió 65,4 puntos en su promedio, y otros cuatro colegios de la comuna también cayeron en el puntaje PSU.
El hecho sería consecuencia de las casi dos semanas de suspensión de clases que sufrieron, por contaminación, los alumnos de la llamada “zona de sacrificio”.
Por primera vez en sus 70 años de historia, el colegio parroquial San Francisco Didier, de Zapallar, alcanzó el primer lugar regional en puntaje de la PSU. Su director, Fernando Manieu, destacó el buen ambiente como el principal factor de estos resultados, además de un preuniversitario gratuito impartido en el establecimiento.