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Albatros Rugby Club reciben clases de rugby para su agrupación a través del Proyecto Mandela financiado por Codelco Ventanas.

Gracias a un convenio firmado con la estatal, el Proyecto Mandela “El pase es para todos” entrega clases profesionales al Club Deportivo Albatros Rugby Club de Quintero. La iniciativa busca entregar herramientas deportivas y valóricas a niños/as, adolescentes y adultos/as que integran esta comunidad

El proyecto Mandela se crea a partir de la necesidad de llevar el rugby a lugares que por temas de infraestructura o desconocimiento no puede llegar. De manera tal, que este deporte pueda ser un impacto positivo para sus integrantes, enseñándoles valores como el respeto, disciplina y trabajo en equipo.

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Las clases van en directo beneficio de los participantes del Club Deportivo Albatros Rugby Club, agrupación que lleva 2 años incentivando este deporte en Quintero. La autogestión comenzó de manos de las madres, padres y apoderados/as, logrando participar de grandes campeonatos a nivel nacional.

“Acá todo partió gracias a los apoderados. La implementación o el vestuario son carísimos, pero acá hay un interés porque este deporte es súper inclusivo. Acá todas y todos son bienvenidos, de hecho, la idea implementarlo en los colegios, escuelas básicas o rurales donde no llega este tipo de deporte”, mencionó Manuel Pizarro, representante de Proyecto Mandela. Albatros Rugby

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Por su parte, Claudio Flores, gerente de Sustentabilidad y Asuntos Externos de Codelco Ventanas hizo referencia a la importancia de crear estos espacios para apoyar los talentos de los/as jóvenes de la zona: “Yo creo que se debe apoyar el deporte, en cualquiera de sus aristas, para que los recursos sean bien utilizados. Sobre todo si hay una integración a nivel de apoderados/as volviendo a esa cosa de barrio tan bonita.”

La presidenta del club, quien además es madre de un jugador del equipo, también mencionó y destacó la comunidad que se ha formado en torno al deporte: “Tuvimos un apoderado que quedó fascinado porque sus hijos fueron al taller de fútbol y no había día que no salieron llorando porque no metían el gol. Acá desde el primer día  los integraron, enseñándoles cómo lanzar la pelota o cosas así. Además, nosotros traemos comida para los chicos o compartimos un té. Hemos hecho familia.”

El club que tiene 65 jugadores recibe clases 3 veces a la semana de manera presencial u online, dependiendo de las restricciones sanitarias y se encuentran a la espera de la obtención de un terreno por parte del municipio para tener su propia cancha de rugby.

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