En un reciente descontento manifestado a través de las redes sociales, un grupo de empleados del Departamento de Seguridad Pública de la municipalidad, liderada por el alcalde Marco Morales Ureta, ha decidido alzar la voz y hacer públicas sus preocupaciones. Al investigar los hechos, logramos contactar a uno de los denunciantes, quien, bajo el juramento de no revelar su identidad, reafirmó que no está solo en su queja. Varios de sus compañeros sienten temor a represalias y han optado por soportar el calvario que implica trabajar en esta área crítica, manifestando serias preocupaciones sobre la gestión actual. Denuncias
Cambio en la Seguridad Pública: Un Contexto Controversial
Desde la llegada de Morales Ureta a la alcaldía, el departamento ha sufrido una transformación notable, pero ha estado marcada por controversias preocupantes. Según lo expresado por varios de sus funcionarios, a pesar de sus esfuerzos diarios para mantener la seguridad en la comunidad, las condiciones laborales han empeorado drásticamente. Esta situación deja expuestos a los trabajadores en su misión de combatir la delincuencia, en un entorno cada vez más adverso.
Falta de Recursos: Peligro Inminente
Una de las principales preocupaciones que surgieron de estas conversaciones es la alarmante falta de recursos. Los funcionarios han denunciado que la municipalidad no proporciona las herramientas adecuadas que son esenciales para su labor diaria. Elementos como bastones retráctiles, gas pimienta y chalecos antibalas se encuentran en mal estado o simplemente no están disponibles. La carencia de estos insumos representa un grave riesgo, no solo para la seguridad de los inspectores, sino también para toda la comunidad que dependen de su protección.
Vigilancia Excesiva y Maltrato Laboral: Una Cultura Tóxica
Los trabajadores también han señalado que la supervisión excesiva del actual director de seguridad pública, Víctor Araya, ha creado un ambiente laboral hostil. La instalación de cámaras en áreas de descanso y oficinas, destinadas a controlar el comportamiento de los empleados, ha sido vista como una forma de acoso laboral. Este clima de vigilancia constante ha generado más descontento y ha alimentado el miedo a represalias en un entorno donde la apertura y la denuncia deberían ser priorizadas.
Denuncias de Irregularidades Financieras: Un Llamado a la Transparencia
Las acusaciones no se limitan a la falta de recursos. Se ha señalado un posible desfalco en las horas extra de los funcionarios municipales, involucrando nombres específicos como el director Araya y su asistente personal en una supuesta manipulación de viáticos y sueldos. Esto lanza sombras sobre la transparencia de la gestión municipal, sugiriendo que algunos funcionarios podrían estar recibiendo remuneraciones desproporcionadas en comparación con sus colegas, generando un clima de inequidad y desconfianza. Denuncias
Robos de Combustible y Conductas Inapropiadas: Más Allá de lo Financiero
Asimismo, se denuncian robos de combustible dentro de la municipalidad, con nombres de inspectores implicados en estas prácticas ilegales. Estos escándalos contribuyen a la creación de un ambiente laboral tóxico, donde el acoso y la cultura del silencio prevalecen y desincentivan a quienes desean hablar. La estructura familiar que se ha instaurado dentro de la municipalidad dificulta aún más el proceso de denuncia, añadiendo otra capa de complejidad al ya problemático escenario.
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Estado de los Vehículos: Un Riesgo Adicional
La falta de recursos se hace evidente, además, en el estado deplorable de los vehículos utilizados por los funcionarios. Estos presentan un alto kilometraje y fallas mecánicas, generando grandes riesgos para el personal que depende de estos medios para llevar a cabo su labor dignamente. Esta situación no sólo afecta a quienes sirven desde el departamento, sino también a la comunidad que observa un compromiso que se ve cada vez más obstaculizado por la falta de apoyo y recursos.
Este llamado de atención desde el Departamento de Seguridad Pública requiere una pronta respuesta por parte de la administración municipal. La transparencia y la adecuada provisión de recursos son fundamentales para garantizar no solo el bienestar de los trabajadores, sino, sobre todo, la seguridad de la comunidad que ellos están llamados a proteger. Denuncias