Con voluntad política en la actualidad son más de 15 las empresas que operan en el sector –energéticas, de combustibles, químicas y cementeras–, configurando lo que hoy las autoridades y los medios de comunicación finalmente reconocen como una “zona de sacrificio”.
Donde son las condiciones atmosféricas que hace más de medio siglo se dijo evitarían la concentración de sustancias nocivas, asumiendo que “se las llevaría el viento” costero, las que hoy le distribuyen sobre la población, originando muertes y enfermedades, muchas de ellas irreversibles.
Este desarrollo insostenible, es por tanto la verdadera causa a la que debemos hacer frente. Con autoridades con verdadera voluntad política y una sociedad que tome conciencia de la necesidad de un cambio de rumbo.
Pues como afirmó un dirigente de Puchuncaví, “ya estamos cansados de las canchas de fútbol” y de medidas que no mitigan ni compensan. Es tiempo, por qué no, de pensar en sacar de allí todas esas industrias contaminantes, de lograr que los habitantes de Puchuncaví y Quinteros dejen de ser sacrificados, y que se construya en su lugar un verdadero Parque, uno de esos por donde corren los niños y se hace comunidad. Es lo mínimo que se puede hacer, luego de tanto daño causado.
Primero debemos todos estar de acuerdo en no recibir más regalos a lo Pablo Escobar, como bien lo grafico el concejal de Quintero Luis Gatica, para que las empresas dejen de contaminar, debemos exigir que se cumplan las normas Chilenas e internacionales, para luego las autoridades elegidas hagan lo que la ciudadanía les mandata y no lo que ellos estiman es bueno, para sí, en la mayoría de los casos.
El estado con la subvención que le entrega a los privados a través de Codelco Ventanas, construya un hospital digno, con todos los adelantos necesarios para tratar las enfermedades que han adquirido en estos 50 años los vecinos de Quintero y Puchuncaví.
Pero para esto necesitamos autoridades que tengan la voluntad política de tomar la decisión de dejar de subvencionar a unos pocos y entregar con esos mismos recursos dignidad y salud a los habitantes de Quintero y Puchuncaví.
Cuando hablo de autoridades me refiero a consejeros regionales, parlamentarios, secretarios regionales ministeriales, gobernadora, intendente, ministros y en especial al presidente de la republica quien es el que en definitiva debe tomar la decisión de presentar un plan de descontaminación de acuerdo a las necesidades de Quintero y Puchuncaví y no a la medida de sus amigos de los tiempos mejores.
Por eso Presidente le solicito tenga la voluntad política de cambiar lo que sucede en Quintero – Puchuncaví de verdad en favor de sus habitantes y no maquillar todo para que sus amigos sigan destruyendo y matando a Quintero – Puchuncaví.
