A lo largo de la historia se ha calificado a los animales como bienes muebles semovientes en el sentido de ser tratado como cosas que pueden trasladarse de un lugar a otro. ¿Es eso adecuado en nuestros días donde conocemos que los animales poseen sensibilidades e incluso muchos forman parte de las familias? Pareciera que no.
Es por ello, que hoy no tenemos dudas de que los animales poseen sensaciones y manifiestan emociones, hemos ido evolucionando en este sentido tipificando el maltrato animal en nuestro Código Penal.
Los animales deben ser reconocidos como seres vivos y que sienten, necesitamos estar ad hoc con la normativa internacional que para variar ya hemos llegado tarde, recién como país nos integramos en el año 1992 a este debate.
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Los animales no pueden estar supeditados al trato o cuidado que decida darle quien es su dueño, debemos avanzar darle la protección jurídica que se merecen, y evitar la crueldad en el trato que muchas veces se les brinda.
Es por ello que el Proyecto de Ley realiza modificaciones en el Código Civil, en especial, regulando un estatuto especial de los animales, los cuales hoy son considerados como cosas, es decir, un animal está al mismo nivel que una silla, era lógico que esto debe cambiar.
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El Texto nos señala considerarlos como seres vivientes y sitientes, esto es, “seres conscientes y capaces de sentir emociones como placer y dolor”, esto sin duda es un gran avance para la protección animal y la comunidad, el respeto al medio ambiente en todos sus aspectos.
Debemos darle nuestro mayor respeto a nuestro hermanos menores.
Fuente Boletín 13961-12 Cámara de diputados
Francisca Ogalde, Abogada
