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Los efectos del cambio de hora en tiempos de pandemia

Este nuevo cambio de hora sorprende a nuestro país en medio de la pandemia de coronavirus. De hecho, algunas personas desconocen que este sábado 4 de abril, a las 24 horas, los relojes deberán retroceder 60 minutos, para dar inicio al horario de invierno.

Lo anterior de acuerdo a lo dispuesto por el Decreto Supremo N°1286 (del 23 de noviembre de 2018) del Ministerio del Interior y Seguridad Pública, que señala que este nuevo huso horario se extenderá hasta el día 5 de septiembre de este año.

El doctor John Ewer, investigador del Centro Interdisciplinario de Neurociencia UV y quien cuenta con una reconocida trayectoria en Chile y en el extranjero en el campo de la cronobiología (estudio de los relojes biológicos y los ritmos circadianos), explica que retrasar la hora en 60 minutos no representará mayor problema para la población.

El cambio de horario que viene es bueno, porque nos acerca más al huso horario que nos corresponde como país. Con este cambio habrá luz más temprano y como el sol es la fuente de luz más fuerte a la cual estamos expuestos estaremos biológicamente despiertos también más temprano. Sin embargo, es especialmente crítico para niños y adolescentes, porque ellos, por su edad, se despiertan biológicamente entre una hora y media a dos horas más tarde que los adultos”, advierte.

El investigador sostiene que dada la contingencia actual de pandemia que estamos viviendo, al estar en cuarentena la situación no cambia mucho, “porque igual todos tenemos un horario distinto de actividades. Y me imagino que los niños y jóvenes también para todas sus actividades escolares, que ahora son online”.

Luz y depresión

Ewer agrega un factor más al análisis: la relación entre luz y depresión, a propósito de que este periodo es y va a ser por un buen tiempo muy estresante para todos y de que ciertos tipos de estrés están asociados a la depresión. Por lo tanto, todo lo que contribuya a reducir la posibilidad de depresión sería bienvenido.

El científico explica que la luz tiene dos efectos. En primer lugar, disminuye la depresión. “En el caso de pacientes que padecen de depresión estacional, el tratamiento que se les aplica es dosis de luz en la mañana. Para ello se usan unas ampolletas que replican un amanecer, no más. Pero, aunque la depresión no sea del tipo estacional  también se utiliza la luz, sin importar la hora en que se aplica. En resumen, el cambio de hora del sábado nos dará más luz en la mañana, así que es positivo por ese lado”.

No obstante, el científico advierte el tipo de luz a que estemos expuestos podría causar efectos negativos a la salud. Por ejemplo “mirar por mucho tiempo los celulares y la televisión en la noche durante esta época hace más difícil dormirse, porque la luz azul de las pantallas retrasa la entrada al sueño (incluso las pantallas más amarillas). Eso hará que durmamos menos, y dormir menos está asociado a depresión y viceversa. Por lo tanto, la luz en la mañana disminuye la depresión, pero mirar mucho celular y tele en la noche reduce el número de horas de sueño, aumentando el riesgo de depresión. Así que bien por el cambio de hora del sábado, pero hay que resistirse a mirar tele y redes sociales en la noche”, recomienda el neurobiólogo.

Finalmente, John Ewer afirma que el cambio de horario en sí no es el problema, sino elegir el horario correcto que nos corresponde como país.

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