La muerte por hambre y frío de un ciudadano haitiano en Quintero, motivó al diputado Pablo Kast a alzar la voz a fin de denunciar situaciones de desamparo que aún siguen ocurriendo en comunidades de inmigrantes que llegan al país.
“Recibimos el caso de un ciudadano haitiano que llevaba 5 días sin comer y vivía en condiciones tan precarias que lo llevaron a la muerte a menos de 4 meses de haber llegado a Chile. Marginalidad, hacinamiento e indignidad que no podemos permitiendo, no solo debemos implementar una ley que regule el ingreso de quienes llegan al país, sino que además, asegurar que una vez dentro, estas personas sean acogidas por la sociedad con dignidad para que puedan trabajar, surgir y desarrollarse”, sentenció el parlamentario.
Agregó también que “si bien valoramos que en la comuna de Quintero el alcalde y varias agrupaciones han acogido a los extranjeros que llegan a residir a la zona, seguimos encontrando casos donde los inmigrantes llegan engañados y sufren abusos por parte de empleadores, arrendatarios y otros, que hacen imposible su estadía en el país”.
En ese sentido, Claudia Araneda, quien ha acogido a varios extranjeros que han llegado a residir a Quintero, señaló que “necesitamos que los empleadores cumplan con todo lo que es pactado en un contrato de trabajo, que no se queden con sus imposiciones y que les paguen lo que corresponde. Además, se necesita que estas personas puedan obtener una ayuda social mientras estén tramitando la obtención de su carnet, porque en esa espera no pueden tener acceso ni siquiera a una caja de mercadería”.
“Es lamentable, pero la gente también se aprovecha cobrando un excesivo arriendo y ellos muchas veces deben vivir hacinados porque les es imposible pagar los altos valores que se les solicitan. Y ellos siempre en silencio, sin denunciar, por miedo a ser deportados o despedidos. Eso es una injusticia”, sentenció.
Finalmente, el legislador concluyó que “eliminar la discriminación hacia las personas que llegan a Chile buscando una oportunidad es tarea de todos. Debe existir un esfuerzo conjunto entre el estado y también la sociedad para acoger con dignidad y trato justo a estas personas, pensando en que muchos compatriotas han ido a probar la misma suerte al extranjero, esperando ser recibidos de manera equitativa y humana”.
